Es una elevación de la cantidad de colesterol en sangre hasta unos valores por encima de
lo que se considera normal. El valor en el nivel de colesterol en sangre a
partir del cual se considera patológico es 250mg/dL y esto conlleva un riesgo
cardiovascular.
El colesterol en la
sangre es transportado por unas proteínas llamadas lipoproteínas; estas
transportan, además de colesterol, triglicéridos, y, por ello, también se puede
producir hipertrigliceridemía, es decir, un aumento de triglicéridos en sangre.
Este aumento en los triglicéridos parece tener un papel como factor de riesgo
cardiovascular; se considera patológico cuando los niveles de triglicéridos
superan los 200mg/dL.
En general, el aumento de cualquier tipo de
grasa (colesterol o triglicéridos) en la sangre se denomina hiperlipemia o hiperlipidemia; cuando lo que se produce es un aumento de
colesterol se llama hipercolesterolemia, cuando es de triglicéridos
hipertrigliceridemia, y cuando lo que se produce es un aumento de los ambos se
habla de hiperlipemia mixta.
La unión del colesterol a las proteínas
hace que se distingan dos tipos de colesterol: el que es transportado desde el
hígado a los tejidos, que vulgarmente se conoce como colesterol malo (LDL), ya
que origina los depósitos de colesterol sobre los vasos sanguíneos o aterosclerosis y
por tanto, conlleva un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, y el colesterol bueno (HDL), que
es transportado desde los tejidos al hígado sin depositar colesterol sobre los
vasos, y cuyos niveles elevados se consideran una protección contra el riesgo
cardiovascular
Las concentraciones
elevadas de lipoproteínas de la mayoría de los pacientes que padecen enfermedad
coronaria reflejan el impacto negativo de un estilo de vida sedentario, el
exceso de peso corporal, y las dietas con abundantes grasas totales y
saturadas.
Se recomiendan los
cambios en el estilo de vida y el tratamiento farmacológico para lograr reducir
el riesgo de enfermedad coronaria.
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